La insulina es una hormona importante que controla muchos procesos corporales.
Sin embargo, los problemas con esta hormona están en el centro de muchas enfermedades modernas.
La resistencia a la insulina, en la que tus células dejan de responder a la insulina, es increíblemente común. Más del 32,2% de la población estadounidense puede tener esta afección.
Dependiendo de los criterios de diagnóstico, esta cifra puede aumentar hasta el 44% en las mujeres con obesidad y más del 80% en algunos grupos de pacientes. Alrededor del 33% de los niños y adolescentes con obesidad pueden tener también resistencia a la insulina.
Aun así, unas sencillas medidas de estilo de vida pueden mejorar drásticamente esta condición.
Este artículo explica todo lo que necesitas saber sobre la insulina y la resistencia a la insulina.
Contenido
Conceptos básicos sobre la insulina
La insulina es una hormona segregada por el páncreas.
Su función principal es regular la cantidad de nutrientes que circulan por tu torrente sanguíneo.
Aunque la insulina está principalmente implicada en la gestión del azúcar en sangre, también afecta al metabolismo de las grasas y las proteínas.
Cuando ingieres una comida que contiene carbohidratos, la cantidad de azúcar en el torrente sanguíneo aumenta.
Las células del páncreas detectan este aumento y liberan insulina en la sangre. La insulina viaja entonces por tu torrente sanguíneo, indicando a tus células que recojan el azúcar de la sangre. Este proceso da lugar a una reducción de los niveles de azúcar en sangre.
Un nivel de azúcar en sangre especialmente elevado puede tener efectos tóxicos, causando daños graves y pudiendo provocar la muerte si no se trata.
Sin embargo, a veces las células dejan de responder correctamente a la insulina. Esto se llama resistencia a la insulina.
En esta situación, tu páncreas produce aún más insulina para reducir tus niveles de azúcar en sangre. Esto conduce a niveles elevados de insulina en la sangre, lo que se denomina hiperinsulinemia.
Con el tiempo, tus células pueden volverse cada vez más resistentes a la insulina, lo que provoca un aumento de los niveles de insulina y de azúcar en sangre.
Con el tiempo, tu páncreas puede resultar dañado, lo que conduce a una menor producción de insulina.
Cuando los niveles de azúcar en sangre superan un determinado umbral, se te puede diagnosticar diabetes de tipo 2.
La resistencia a la insulina es la causa principal de esta enfermedad común que afecta a cerca del 9% de las personas en todo el mundo.
Resistencia frente a sensibilidad
La resistencia a la insulina y la sensibilidad a la insulina son dos caras de la misma moneda.
Si tienes resistencia a la insulina, tienes una baja sensibilidad a la insulina. A la inversa, si eres sensible a la insulina, tienes una baja resistencia a la insulina.
Mientras que la resistencia a la insulina es perjudicial para tu salud, la sensibilidad a la insulina es beneficiosa.
Resumen: La resistencia a la insulina se produce cuando tus células dejan de responder a la hormona insulina. Esto provoca un aumento de los niveles de insulina y de azúcar en sangre, lo que puede conducir a la diabetes de tipo 2.
Qué causa la resistencia a la insulina?
Muchos factores contribuyen a la resistencia a la insulina.
Se cree que uno de ellos es el aumento de los niveles de grasa en la sangre.
Numerosos estudios demuestran que las cantidades elevadas de ácidos grasos libres en la sangre hacen que las células dejen de responder adecuadamente a la insulina.
La causa principal de la elevación de los ácidos grasos libres es comer demasiadas calorías y tener un exceso de grasa corporal. Comer en exceso, el aumento de peso y la obesidad están fuertemente asociados a la resistencia a la insulina.
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La grasa visceral, la peligrosa grasa del vientre que se acumula alrededor de tus órganos, puede liberar muchos ácidos grasos libres en tu sangre, así como hormonas inflamatorias que impulsan la resistencia a la insulina.
Aunque esta afección es más común entre las personas con exceso de peso, las personas con peso bajo o normal también son susceptibles.
Otras posibles causas de la resistencia a la insulina son:
- Fructosa. La ingesta elevada de fructosa (procedente del azúcar añadido, no de la fruta) se ha relacionado con la resistencia a la insulina tanto en ratas como en humanos.
- Inflamación. El aumento del estrés oxidativo y de la inflamación en tu cuerpo puede provocar esta enfermedad.
- Inactividad. La actividad física aumenta la sensibilidad a la insulina, mientras que la inactividad provoca resistencia a la insulina.
- Microbiota intestinal. Las pruebas sugieren que una alteración en el entorno bacteriano de tu intestino puede causar una inflamación que agrava la resistencia a la insulina y otros problemas metabólicos.
Además, varios factores genéticos y sociales pueden contribuir a ello. Las personas negras, hispanas y asiáticas tienen un riesgo especialmente alto.
Resumen: Las principales causas de la resistencia a la insulina pueden ser comer en exceso y el aumento de la grasa corporal, especialmente en la zona del vientre. Otros factores son el consumo elevado de azúcar, la inflamación, la inactividad y la genética.
Cómo saber si eres resistente a la insulina
Tu médico puede utilizar varios métodos para determinar si eres resistente a la insulina.
Por ejemplo, los niveles elevados de insulina en ayunas son fuertes indicadores de esta condición.
Una prueba bastante precisa llamada HOMA-IR estima la resistencia a la insulina a partir de tus niveles de azúcar e insulina en sangre.
También hay formas de medir el control de la glucemia de forma más directa, como la prueba de tolerancia a la glucosa oral, pero esto lleva varias horas.
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Tu riesgo de resistencia a la insulina aumenta en gran medida si tienes exceso de peso u obesidad, especialmente si tienes grandes cantidades de grasa abdominal.
Una afección cutánea llamada acantosis nigricans, que consiste en la aparición de manchas oscuras en la piel, también puede indicar resistencia a la insulina.
Tener niveles bajos de colesterol HDL (bueno) y triglicéridos altos en sangre son otros dos marcadores fuertemente asociados a esta enfermedad.
Resumen: Los niveles elevados de insulina y de azúcar en sangre son síntomas clave de la resistencia a la insulina. Otros síntomas son el exceso de grasa abdominal, los triglicéridos elevados en sangre y los niveles bajos de colesterol HDL (bueno).
Condiciones relacionadas
La resistencia a la insulina es un rasgo distintivo de dos enfermedades muy comunes: el síndrome metabólico y la diabetes de tipo 2.
El síndrome metabólico es un grupo de factores de riesgo asociados a la diabetes de tipo 2, las enfermedades cardíacas y otros problemas. A veces se le llama síndrome de resistencia a la insulina, ya que está estrechamente relacionado con esta enfermedad.
Sus síntomas incluyen triglicéridos altos en sangre, presión arterial, grasa abdominal y azúcar en sangre, así como niveles bajos de colesterol HDL (bueno).
Puedes prevenir el síndrome metabólico y la diabetes de tipo 2 deteniendo el desarrollo de la resistencia a la insulina.
Resumen: La resistencia a la insulina está relacionada con el síndrome metabólico y la diabetes de tipo 2, que se encuentran entre los mayores problemas de salud del mundo.
Relación con la salud del corazón
La resistencia a la insulina está fuertemente asociada a las enfermedades cardíacas, que son la principal causa de muerte en todo el mundo.
Las personas con resistencia a la insulina o síndrome metabólico tienen hasta un 93% más de riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
Muchas otras enfermedades, como la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD), el síndrome de ovario poliquístico (PCOS), la enfermedad de Alzheimer y el cáncer, también están relacionadas con la resistencia a la insulina.
Además, la resistencia a la insulina se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar el trastorno depresivo mayor (TDM).
Resumen: La resistencia a la insulina está relacionada con varias dolencias, como las enfermedades cardíacas, la NAFLD, el SOP, la enfermedad de Alzheimer y el cáncer.
Formas de reducir la resistencia a la insulina
Es bastante fácil reducir la resistencia a la insulina.
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Curiosamente, a menudo puedes revertir completamente esta condición cambiando tu estilo de vida de las siguientes maneras:
- Ejercicio. La actividad física puede ser la forma más sencilla de mejorar la sensibilidad a la insulina. Sus efectos son casi inmediatos.
- Perder grasa del vientre. Es clave dirigirse a la grasa que se acumula alrededor de tus órganos principales mediante el ejercicio y otros métodos.
- Dejar de fumar. Fumar tabaco puede causar resistencia a la insulina, por lo que dejar de fumar debería ayudar.
- Reducir el consumo de azúcares. Intenta reducir tu consumo de azúcares añadidos, especialmente de las bebidas azucaradas.
- Come bien. Lleva una dieta basada principalmente en alimentos integrales y no procesados. Incluye frutos secos y pescado graso.
- Ácidos grasos omega-3. Estas grasas pueden reducir la resistencia a la insulina, así como reducir los triglicéridos en sangre.
- Suplementos. La berberina puede mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir el azúcar en sangre. Los suplementos de magnesio también pueden ser útiles.
- Dormir. Algunas pruebas sugieren que dormir mal provoca resistencia a la insulina, por lo que mejorar la calidad del sueño debería ayudar.
- Reducir el estrés. Intenta controlar tus niveles de estrés si te agobias fácilmente. La meditación puede ser especialmente útil.
- Dona sangre. Los niveles elevados de hierro en la sangre están relacionados con la resistencia a la insulina. Para los hombres y las mujeres posmenopáusicas, donar sangre puede mejorar la sensibilidad a la insulina.
- Ayuno intermitente. Seguir este patrón de alimentación puede mejorar la sensibilidad a la insulina.
La mayoría de los hábitos de esta lista también están asociados a la buena salud, a una vida larga y a la protección contra las enfermedades.
Dicho esto, lo mejor es que consultes a tu médico sobre tus opciones, ya que varios tratamientos médicos también pueden ser eficaces.
Resumen: La resistencia a la insulina puede reducirse o incluso invertirse con sencillas medidas de estilo de vida, como el ejercicio, la alimentación sana y el control del estrés.
Dietas bajas en carbohidratos
En particular, las dietas bajas en carbohidratos pueden combatir el síndrome metabólico y la diabetes de tipo 2, y esto está en parte mediado por la reducción de la resistencia a la insulina.
Sin embargo, cuando la ingesta de carbohidratos es muy baja, como en una dieta cetogénica, tu cuerpo puede inducir un estado de resistencia a la insulina para ahorrar azúcar en sangre para tu cerebro.
Esto se denomina resistencia fisiológica a la insulina y no es perjudicial.
Resumen: Las dietas bajas en carbohidratos reducen la dañina resistencia a la insulina vinculada a la enfermedad metabólica, aunque pueden inducir un tipo inofensivo de resistencia a la insulina que ahorra azúcar en sangre para tu cerebro.
Resumen
La resistencia a la insulina puede ser uno de los factores clave de muchas -si no la mayoría- de las enfermedades crónicas actuales.
Sin embargo, puedes mejorar esta condición con simples medidas de estilo de vida, como perder grasa, comer alimentos saludables y hacer ejercicio.
Prevenir la resistencia a la insulina puede ser una de las formas más poderosas de vivir una vida más larga y saludable.